lunes, 14 de marzo de 2011

Las comidas en la UNI

El primer año de estancia en la UNI recuerdo que nos tocó hacer muchas colas. Para recoger la ropa, los libros, hacernos fotos y, todos los días, para ir al comedor. Yo creo que era la cola en la que formábamos más contentos. Y a mí me impresionó aquella sala tan grande, con las mesas metálicas para seis. Al entrar nos situábamos al lado de la mesa y, después de rezar o después que el dominico encargado diera la orden, nos sentábamos. Y a esperar que los compañeros encargados, con sus chaquetillas blancas, nos sirvieran la comida.

No sería honrado, conmigo mismo, si hoy dijera que las comidas de la UNI no eran buenas. Eran mucho más de lo que teníamos en nuestra casa. Pero había días, eso sí, que los platos elegidos, por quien fuera, no eran de mi agrado. El desayuno era café con leche y pan con mantequilla. Y en la comida los macarrones, las judías, los garbanzos, las papas con carne o las lentejas, recuerdo que me gustaban y también los segundos, especialmente los bistec empanados, como si fueran hamburguesas. Para la cena lo que más me gustaba eran los huevos fritos con papas fritas.


Pero hubo un año que la calidad de la comida empeoró, o así lo consideraron los mayores de los colegios San Álvaro y San Alberto y, propusieron hacer huelga de comedor un día. No recuerdo ni el año, ni el colegio en el que yo estaba, aunque creo que sería el Gran Capitán, con el Padre Zabalza de director. Si recuerdo que, en el “sermón” de la noche, en el hall, antes de subir a los dormitorios, se lamentaba en voz alta de que no le hubiésemos avisado, el día anterior y así no haber tirado a la basura tanta comida.


Las chocolatinas envueltas en papel rojo.


Creo recordar que nos las daban con la merienda todas las tardes. A mí me gustaba guardarlas, tanto las mías como las que me daban los compañeros a los que no les gustaban y, en las ocasiones que me tocaba repartirlas, también las que sobraban. Las ponía en la maleta, que estaba vacía de ropa, para llevármelas a casa en las vacaciones. Al final del trimestre juntaba un buen número de ellas que, con alegría, se las mostraba a mi madre y hermanos más pequeños, al abrir la maleta en casa, para que ellos se las comieran. No hace muchas fechas uno de mis hermanos me lo recordaba.



También recuerdo los días que nos tocaba taller, como sonaba la sirena para comernos el bocadillo a media mañana. Era un bocadillo que alternaba todo tipo de embutidos, muchos de los cuales yo ni conocía. En mi casa no habían llegado todavía el “chope” y la mortadela o el salchichón, en pocas ocasiones. Por eso me alegraba cuando ponían chorizo. Recuerdo que a muchos compañeros les pasaba lo mismo y tiraban los embutidos comiéndose solo el pan.


Los paquetes que llegaban de casa, lo mejor.


Yo creo que las madres de todos sabían, sin que nadie se lo dijera, que las comidas de la UNI no eran del total agrado para sus hijos y, con todo el cariño del mundo y también con un poquino de sacrificio, nos enviaban los paquetes con los productos que ellas sabían que nos gustaban. ¡Cómo se agradecían aquellos paquetes de cajas de zapatos envueltos en telas de saco! Y, ¡con que alegría se compartían con los amigos!


Y un penúltimo apunte: Un recuerdo especial para los cubiertos y platos. Los platos de “duralex” que decían que no se rompían al caerse, aunque algunos si se rompían. Y los cubiertos, todos ellos con el logotipo de la Laboral incrustado. Especialmente recuerdo a los cuchillos, con enorme mango. Y los vasos de aluminio siguen en mi memoria.




Esos cubiertos fueron los mejores que llegaron a mi casa, (yo también me lleve un juego), junto con los de la compañía Iberia, que llegaron algunos años más tarde. En resumen que recordar aquellas comidas, en aquellos comedores es, para mí, un motivo de añoranza que, con alegría comparto con todos los compañeros.

4 comentarios:

  1. Yo sólo me lleve un cuchillo, que conserva mi madre. Tengo un recuerdo grato de aquellas comidas y del mundo que regalaba la campiña cordobesa, tan propicia al Tempranillo como a la fantasía adolescente. Un abrazo. Francisco Limonche Valverde

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  2. Una vez más, mi estimado Esteban, esos pocos años que me llevas por delante te permitieron participar y vivir usos y costumbres que no debían regir cuando yo aterricé en la laboral, al menos no recuerdo, por ejemplo, servir la mesa ataviado de batrín blanco. En este contraste veo el declive de aquellas maneras y la mudanza que el correr de los tiempos impuso con su olvido y secularización a unas señas de identidad que estuvieron presentes en tu tiempo y ausentes en el mío. Ya ves, no recordaba las chocolatinas en papel rojo. En cambio, recuerdo los bocadillos de media mañana, de queso, que a mí me gustaban más que a los ratones coloraos y que dejaron de servirlos porque sobraban muchos: cuestión de gustos. Descubrí, sinn embargo el gazpacho y me gustó, aunque de aquél los propios andaluces decían que solo lo era en apariencia. Pero yo, desde aquellos días soy fiel adicto a sus virtudes y es un placer degustarlo en los ardores estivales por la huerta del Segura. Salud.

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  3. Me ha emocionado recordar lo de los cubiertos, ya no me acordaba de ellos, y de los vasos de aluminio. Recuerdo las porciones de mantequilla que nos llevábamos a la habitación con el pan, y aquellas cafeteras grandes y la leche que por cierto estaba bastante bueno. Soy Fco. José Manchado Rubio y estuve Interno en San Rafael desde 76 a 79.

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  4. Esteban, en mis tiempos (1960-65)en el desayuno había chocolate ¿? en lugar de café con leche y era una gozada untar los trozos de pan con mantequilla amarilla (la de los americanos, como la leche en polvo y el queso)en líquido marrón. De las comidas recuerdo los medios huevos duros con salsa de tomate (por una apuesta, mi amigo Constantino se zampó más de treinta y hasta hoy sigue con el higado bastante bien). Y en la merienda el pan de higo que duró unos dos meses, hasta que un día lo esparcimos por el campo. Y en el campo, en pequeñas hogueras nocturnas asábamos el chorizo que soltaba su "sangre" a través de la piel chamuscada. En el libro "Recuerdos de la Uni" http://alaco2009.es/libro/libro.htm se pueden leer anécdotas similares.
    Un saludo de Iñaki.

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