domingo, 18 de diciembre de 2011

El portafotos de nuestra vida

Lo que supuso la Universidad Laboral de Córdoba, para cada uno de nosotros, es algo que solo de manera individual se puede o se debe valorar. Yo sé lo que para mí y para mi familia fue el disfrutar de aquella beca durante siete años. De los seis hermanos que estaban en casa, solo yo pude estudiar dada la situación tan precaria que sufríamos en casa. Mis dos hermanos mayores tuvieron que dejar los estudios a los 11 años y trabajar en las labores del campo. A mí la beca me libró de aquellas tareas.

Por eso, cuando nos piden que escribamos una carta a nuestros padres con el deseo de publicar, la mejor para los curas encargados de decidir, en la revista Vínculo, mi tema es la visión que tuve de personas cogiendo algodón, en la finca Rabanales, que me recordaba a mis padres y hermanos en las fincas del Valle del Tiétar. Ellos sufrían los sinsabores de las tareas del campo, mientras yo disfrutaba de los favores de una beca, buscando un futuro mejor.


Fueron siete años que, viéndolos en la distancia, podría catalogarlos como los mejores de mi adolescencia y juventud. Hoy se le pueden poner muchos “peros” al modelo de educación que impartían los PP Dominicos. Yo creo que habría que enmarcarla en la situación política que se vivía en España. El Estado transmitía, a través de las cadenas de mando, las directrices del Gobierno. Y a nosotros nos pedían estudiar y obedecer. A pesar de todos los “peros” que se le quiera poner yo me quedo con muchas cosas buenas que recibí en aquellos años.


Compañeros inolvidables y curas como compañeros

Y entre esas cosas buenas que recibí de aquellos años fueron el conocer a una gran cantidad de compañeros que formarían parte de la historia de mi vida, allá donde estuviera, aunque no volviera a saber nada de ninguno. Y lo bueno de todo esto es que he tenido la suerte, después de más de 45 años, de poder hablar con muchos de ellos. Han sido conversaciones muy emotivas que nos llevaron a aquellos años de una manera natural, recordando detalles y anécdotas que nos han hecho un poquino más felices.


He tenido la oportunidad de hablar o saludarnos a través de facebook con: Marcial Acuña López, Ignacio Gutiérrez Ramos, Juan Miguel Pedrosa, Juan Liébana Jiménez, Francisco Lorenzo Alfageme, Fermín Pancorbo Maza, Antonio Fernández Sevilla, Felipe Muñoz Hernández, Juan José Lillo Gil, Álvaro Atienza González, Miguel Ángel Hernández “Otto”, Koldo Errapel Lambarri Guezuraga, Luís Lasala Pina, Francisco Limonche Valverde, Mariano Calvo Ramos, José Manuel Hualde y Juan Domínguez Muñoz. Sin contar todos los compañeros que colaboran en la página de Juan Antonio Olmo. También he podido saludar al Padre Zabalza y al Padre Cirilo, junto con el que fuera rector de la Uni el Padre Cándido Aniz Iriarte.


Los compañeros y amigos hermanos Jarillo


Me hubiera gustado poder comunicarme con más, pero el forzar unos contactos no me gusta. Cada uno tenemos nuestras vidas y cuando las cosas suceden de una manera natural se valoran más. Y esto es lo que me ha sucedido con los hermanos Jarillo, Ángel y Eugenio o Eugenio y Ángel. La página de Juan Antonio Olmo fue el medio para saber de nuestra existencia y, a partir de ese momento, fortalecer nuestra amistad con nuestros correos y con nuestro encuentro el pasado verano en mi pueblo, Tejeda de Tiétar. Todo de una manera increíble.


En nuestro encuentro en mi pueblo me regalaron un marco porta fotos, con capacidad para cuatro fotografías y en uno de los porta fotos habían colocado una foto de su padre recordándome al que yo conocí. En los demás espacios me pidieron que yo colocara las fotos que considerara. Y aquí quiero dejar constancia de cómo ha quedado ese porta fotos: nuestros padres arriba y abajo nosotros en la Laboral y junto a la puerta de La Cantina, donde se produjo el encuentro con su padre en mi pueblo. En el centro he colocado el escudo de la UNI.

Mirando el porta fotos pienso que refleja nuestra vida: Unos padres que se dejaron la vida para sacar adelante a una familia; unos niños en la Universidad Laboral de Córdoba que iniciaban una carrera para su formación y unos hombres felices de reencontrarse 45 años después. Los hermanos Jarillo son realmente formidables y parece que su lema es hacer felices a los demás sin esperar nada a cambio. Para mí es un autentico lujo el poder contar con su amistad hoy. Por esto y muchas cosas más me siento feliz de haber podido estudiar en la UNIVERSIDAD LABORAL DE CÓRDOBA.

Esteban Paniagua Sánchez

4 comentarios:

  1. Muy emotivo. Un lujo encontrar a compañeros después de tantos años.Esas son las cosas que valen la pena en la vida, la amistad y la fraternidad. La mejor manera de celebrarlo en Navidad.
    Un saludo

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  2. Querido Paniagua, pensamos como tú y, desde una valoración personal e íntima, creemos no equivocarnos si decimos que la Universidad Laboral de Córdoba supuso para casi todos nosotros lo mismo: un privilegio, una suerte enorme, y una luz, de conocimiento y vivencias, que hemos llevado dentro desde entonces y ha iluminado toda nuestra vida posterior, mejorando nuestras posibilidades de encararla porque allí crecimos en conocimiento y mejoramos en oportunidades para vivirla.
    Nosotros, los Laborales, por nuestra procedencia y salvo los muy superdotados, en los que siempre hubiese aflorado su talento natural y el sistema los hubiese captado y sacado provecho, estábamos condenados a poco más que evolucionar en el ambiente y la vida rural de nuestros padres y, en muchos casos, acompañarles en el éxodo del campo a la ciudad de aquellos años, y desde ella, como mano de obra poco cualificada, haber tenido que encarar nuestras perspectivas de futuro y evolucionar según como la suerte y el destino hubiese pintado para nosotros.


    Si no se hubiese producido nuestro paso por la Laboral nosotros seríamos otra cosa, seguro que menos ricos en vida interior porque aquellos Dominicos, evangelizadores más que enseñantes, nos dieron una educación bastante avanzada para esa época, nunca nos recordaron a la clase que pertenecíamos, nos dejaban bastante libres, nunca nos preguntaron cómo pensábamos para cambiar nuestro pensamiento y huyeron de proselitismos ultramontanos de los planes de estudio imperantes, (salvo alguna asignatura insalvables por entonces como la F.E.N dada por seglares perfumados de FE y de las JONS), y fomentaron el deporte, la literatura (yo oí hablar de León Felipe y su obra en alguna clase), el cine (Nouvelle Vague, acorazado Potenkim, Wilder, Capra); naturalmente también estaban la enseñanzas técnicas que era para las que realmente habíamos sido seleccionados por el Régimen, que en muchísimos casos son las que menos hemos aprovechado… En fin cosas que después nos han servido a todos en nuestras vidas.
    El bagaje de las vivencias de nuestro paso por la UNI se compone, principalmente, de la deriva de nuestra historia personal de aquellos años, de las personas que convivimos y en especial con esas con los que se establecieron lazos de amistad y afecto más profundos, y de los conocimientos y los avances personales que conseguimos allí, todo ello sumado, en una especie de revolutum de vida, fue nuestro paso por La Universidad Laboral y, todo ello, se fue quedando atrás según fuimos avanzando en nuestra vida posterior y quedó sepultado dentro de nosotros, como una capsula luminosa de vivencias y conocimientos, como las frases dentro de un paréntesis en un texto.

    (sigue...)

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  3. Ese pasado Laboral, esa capsula de tiempo pasado está llena de historia propia, personas y conocimientos, y sigue presente dentro de nosotros porque nunca hemos renunciado a ella; si bien los conocimientos los hemos visitado a menudo, utilizado e incluso ampliado, a lo largo de nuestra vida; la historia y las personas (salvo excepciones de gente que ha tenido la suerte de mantenerse en contacto, o se ha buscado, como en nuestro caso Mariano Revenga con quien la vida nos ha permitido tener una amistad fecunda desde entonces), quedaron atrás y si queremos recuperarla debemos recurrir a la memoria que lamentablemente, a esta altura de nuestras vidas, está ya desgastada por el tiempo; por eso hoy tenemos que apoyarnos en personas que estuvimos allí y entre todos crear una estructura, una especie de andamio de memorias, que nos permita movernos por ella y rememorar aquellos años que, vistos con la perspectiva de hoy, fueron fecundos pero se vivieron rápido y constituyeron un punto de encuentro al que siguió cierto desarraigo entre nosotros por una diáspora de personas, provenientes de múltiples ámbitos geográficos, a los que la vida les esperaba con prisa y armada con la exigencia de unas responsabilidades de clase que había que cumplir (había que empezar a trabajar) y fue como que, su paso por La Universidad Laboral, solo hubiese sido una herramienta que usar para encararla, pienso que de eso tiene la culpa la génesis de estos centros que fueron un verdadero paréntesis en el sistema educativo y no se ocuparon de crear los vínculos para la comunicación de los alumnos cuando salíamos de allí, no había nada para antiguos alumnos, ni se preocuparon de crear un ente organizativo que hubiese ayudado a mantener la unión entre nosotros.

    Por eso, en esa tarea de construcción de ese andamio de memorias, es tan importante la web y tarea, pienso a veces que titánica, de Juan Antonio Olmo que nos ha permitido reencontrarnos, reconocernos en los recuerdos y prepararnos para futuras cosas, porque la verdad pienso que muchos de nosotros nos mantendremos en contacto y de ahí surgirán iniciativas, sobre todo entre los que allí coincidimos en el tiempo ya que tenemos vivencias más comunes y reconocemos mejor las referencias de los recuerdos porque los hemos vivido juntos. En este apartado del reencuentro estás tú, y otros compañeros de entonces como: Juanito Domínguez, Leoncio Millán, Carlos Toledo, Regino Moranchel, Jose Luis de Vicente, Francisco Limonche, Manolo de la Torre, Miguel A. Hernández “Otto”, Pedro E. Herrero, Joaquín Montañés, Fermín Pancorbo, Manuel Parra, Torcuato Martínez, Manuel Castellanos, Jose Luis Luque, Rafael Robles, Abadín Terranova, Gordillo, también nuestra tarea para acercar al Padre Cirilo con quien mantenemos el contacto desde Cuba. En fin, mucho y muchos, aunque con algunos apenas ha habido un abrazo y recuerdo compartido, con otros, como contigo, ya hemos empezado a tejer vivencias y cosas para después; pero por encima de todo e interiormente sabemos que todos están ahí y al día de cómo son, para que juntos compartamos cosas que a buen seguro vamos a compartir en un futuro no muy lejano. También hay tareas de recuperación por hacer pensando en que fuimos 211 los infantes con beca que, según la revista Vínculo de 12/1964, empezamos Iniciación Profesional ese año y al siguiente serían otros tantos que coincidimos en San Rafael, por eso hay gente que está en nuestra mente para recuperarla con ayuda de todos los que ya estáis y de la web.

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  4. Hermano, ya te lo dijimos en un correo, en cuanto a nuestro encargo no podemos estar más de acuerdo en cómo lo has hecho y en cómo lo has expuesto en tu escrito, eres un maestro, Arriba nuestros padres Teodoro y Cleto, el sitio que le corresponde: arriba de todos y encima de nosotros, porque le debemos mucho, aparte de la vida, y es su generosidad para saltarse la tradición del ámbito rural en que vivían que consistía en tirar pronto de los hijos para que ayudaran en las tareas y completar así la corta economía de la casa, al mismo tiempo que permitirles alcanzar un oficio para empezar pronto a trabajar. Tuvieron altura de miras Teodoro y Cleto, estuvieron atentos, no fueron egoístas y quisieron un futuro mejor para sus hijos, en tu caso la oportunidad solo te alcanzó a ti y en el nuestro fuimos tres hermanos los que fuimos a Córdoba, por eso se que les estaremos siempre agradecidos y estarán siempre arriba. Abajo nosotros en una secuencia de como éramos entonces, cuando compartíamos aquel universo, y como somos ahora tras el reencuentro. En el centro el escudo de la Universidad Laboral que sería el nexo de unión entre todo, el detalle del escudo ha sido fantástico porque le ha dado fiabilidad al cuadro, que quizás hubiese tenido que disponer de un espacio enmarcado más para la UNI, porque puede parecer pequeña su presencia para la grandeza de la importancia de lo que expresa, pero eso lo has resuelto colocándolo en el centro, en el corazón del “portafotos de nuestra vida”
    Gracias hermano por ser como eres y por acoger en su vida futura a quien no tiene más mérito que compartir una parte de su vida pasada contigo, es como volver al “decíamos ayer” del afecto interrumpido. Ahí estamos y ahí estaremos, tiempo y ganas tenemos para ello.


    Ángel y Eugenio Jarillo Garcia.
    Laborales del 64 al 69 (Eternos en serlo)
    Navidad de 2011

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